La Vall d’Uixó ha estado habitada desde el Paleolítico, pero es desde la época árabe cuando empieza a agruparse en alquerías, tales como Alcudia, Benigafull, Ceneixa, Benizahat, Zeneta, Benigasló, todas dispuestas a lo largo del cauce del Río Belcaire (1) y entre los tres barrancos que cruzaban el valle, Aigüalit, Centre y L’Horteta. Es en esta época cuando se comienza con la canalización del agua para alimentar las necesidades de avituallamiento de las alquerías, aunque los precursores en iniciar el sistema hidráulico fueron los romanos, que construyeron el acueducto que se utilizó para el riego de huertas, ya que en esa época la población no estaba formada ni por alquería ni por otros núcleos urbanos, sino por villas rurales y agrícolas las conocidas Villae. Toda esta infraestructura se perfecciona y se continúa aprovechando hasta el siglo XX.
Con el paso del tiempo los pequeños barrios van creciendo y configuran dos núcleos diferenciados y separados por el barranco que transcurría por la actual plaza del centro, Lloc de Dalt y Lloc de Baix, teniendo como base las parroquias correspondientes (s. XVII). Pero continúa creciendo, teniendo como principal hilo conductor la canalización de agua de riego que desde la fuente de San José transcurría hasta la gran balsa situada en la Asunción, balsa de Benizahat o «la bassa dels Ferros«. Este alargamiento produjo que a la localidad se la conociera como La Vall Llarga. (dos kilómetros y medio de largo, de Este a Oeste y unos pocos centenares a lo ancho, de Norte a Sur).
Por supuesto esta configuración cambia a finales del siglo XIX, cuando el Ayuntamiento decide cubrir el barranco separador entre los dos lugares y edificar la plaza del Centro, en 1860. A partir de los años 40 con el auge de la industria Segarra y la venida de nuevas gentes se cambia totalmente la configuración de la población, creando nuevos barrios e infraestructuras.
Pero lo que nos ocupa son las canalizaciones diferenciadas que surcaban la localidad, una es la acequia con un mayor caudal que se destinaba exclusivamente para el riego que discurría desde la fuente de San José y la bassa dels Ferros. La otra destinada para el tránsito del agua potable cuya misión principal era la de abastecer de agua a la población. En el LLoc de Dalt se utilizaba el agua de la fuente de Sant Josep mientras que, en el Lloc de Baix, se utilizaba el agua proveniente de la fuente del Anoueret, pero era insuficiente para la población y el riego de la huerta de esa zona, por ello se creó la balsa de Benizahat, para ayudar en ese menester como embalse regulador, también se complementaba el caudal del Anoueret con el de San José para consumo humano.
La acequia madre nacía en San José, justo en la actual salida del agua, circundaba el cerro y se orientaba hacia el valle donde estaban las alquerías. De esta acequia realizada de mampostería, en cuyo interior hay además una tubería de alfar, todavía hay algunos vestigios, como el trozo que transcurre paralelo a la carretera CV-230 y que está integrado en una pequeña zona verde. Esta canalización entre 1959 y 1961 (2) se cortó y se realizó el gran sifón que todos vemos al transitar por la citada carretera.




A su llegada al acueducto se bifurca en dos canalizaciones diferenciadas, una continua su trayecto a través del acueducto y se corresponde con al ramal de agua potable y la otra se desvía a la derecha para alimentar los tres molinos harineros/arroceros medievales que existían en el paraje y su posterior uso como agua de riego.
Del ramal de riego, su primera función era la de mover los molinos harineros, infraestructuras de las que todavía hay vestigios, como el pequeño acueducto que transportaba agua entre un molino y otro denominado acueducto medieval de l’Alcudia, o la acequia que pasa por debajo de la Fabrica de la Llum, sede del futuro Museo Arqueológico Municipal, más abajo y a su vera estaba el desaparecido lavadero del Roser.
Fotos del entorno del Acueducto y de la acequia del Roser
Este ramal de l’Alcudia continuaba y circundaba el cerro en busca de la calle Cueva Santa por la que transcurría al descubierto, hasta la altura de la Calle Juan Porcar donde se volvía a soterrar, debido a la pequeña elevación que supone la Plaza del Ángel. Posteriormente con la edificación de casas en la calle Cueva Santa y la construcción de Guantería, la acequia se cubrió y solo quedó un trozo al aire libre, frente a la actual calle Vte. Fas, el Dolçainer, y al llegar al edificio de Guantería se escondía otra vez. De allí, siguiendo la curva de nivel, siempre soterrada hasta la plaza Peral(en la actualidad Sagrada Familia) pasando por debajo de la calle Vte. Creixach. Por supuesto en la acequia se disponía de brazales para el riego de las huertas.

A la altura de la plaza Peral, punto de cruce de los sistemas hidráulicos, riego y potable, la acequia de riego volvía a la superficie y seguía por la calle Sanchís Tarazona, por supuesto, se soterraba a la altura del Palau de Vivel mediante un sifón, para dar entrada a las varias puertas del palacio. Cuando comenzaba el jardín volvía a la superficie manteniéndose al descubierto y sobre elevada hasta la plaza Desamparados. Existían dos sifones más, uno en la plaza Buenavista para dar paso a Les Basetes, y en el Centro para dar tránsito a la carretera de Chilches. Seguía por la calle Regimiento Tetuán, antiguamente denominada Acequia, desde su inicio hasta la pequeña desviación de la calle, la acequia permanecía enterrada, pues había edificaciones. Tras la pequeña desviación volvía a la superficie y a su paso por la parte trasera del actual supermercado Mercadona, alimentaba un lavadero, que acabó por desaparecer en 1956. Los lavaderos eran enclaves de punto de encuentro y convivencia entre las mujeres de la época.




A partir de la plaza Desamparados, la acequia seguía subterránea por Benizahat hasta su final en la plaza de la Asunción donde estaba la bassa dels Ferros, en lo que hoy es el Colegio de la Asunción.
A partir de ella existía una acequia menor que con el agua que se extraía mediante El Eixidor ( en actual calle Ramón y Cajal), daba servicio a los baños árabes (en la calle el Pozo), un lavadero en la misma calle y más abajo estaban los molinos de Pasqualet y Marco y terminaba su recorrido en el Barranco del Randero.

Por otro lado, la acequia de agua potable partía del acueducto y transcurría enterrada por la calle San José hasta su confluencia con la la Plaza San Jose, donde existía una bifurcación. Una que transcurría por el carrer d’Enmig (actual Nta. Sra. Los Dolores) hasta la plaza Silvestre Segarra, donde en la misma entrada, en el subsuelo alimentaba una gran cisterna, y ya en la plaza del Ángel la fuente allí colocada en 1897. Así como también alimentaria la fuente de la propia calle sita en la esquina junto a la plaza Mossèn Recaredo Centelles y construida tras la epidemia de cólera en la localidad (1885). Seguidamente realizaba una pequeña curva, bordeando la fachada de la Iglesia, que se construyó en el límite de la acequia (3), para continuar su descenso hasta la plaza Peral por la calle Vte. Creixach, siempre permaneciendo soterrada, alimentaba la fuente de la plaza Ferrers (actual Plaza Ismael Llopis) y continuaba hasta el Centro por la calle san Cristóbal para alimentar las fuentes allí dispuestas y posteriormente se alargó hasta la fuente de la plaza Els Chorros, donde un grifo era agua de l’Anoueret y otro de Sant Josep. Eso sí a partir del Centro, el trazado era el mismo que el de la acequia madre, aunque en un sistema de canalización paralelo.

Vista de la cisterna del Ángel.

El otro ramal por el que se bifurcaba la acequia que venia del acueducto, transcurría por la calle San Jośe, alimentaba la fuente de Julià, la más antigua que dispone la localidad (1879), realizaba un giro por la calle de la Fuente y por la calle Joaquín Costa bajaba hasta alimentar la fuente de la Merced. Desde allí y bajando por la calle Unión se unía al otro ramal en la plaza Ismael Llopis.
En la misma plaza de la Asunción hay un pozo ornamental, pero que en el siglo XIX sí realizó su función, al construirse para sustituir las escaleras que bajaban hasta la base de la cisterna, que se encuentra debajo, y era alimentada por la Font de l’Anoueret, datada del siglo XVII y con una superficie de 50 metros cuadrados. En la actualidad el Ayuntamiento está trabajando en un proyecto para ponerla en valor y servirá como centro de interpretación.
Vista 360º de la cisterna en la plaza de la Asunción
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Como se ha mencionado anteriormente el caudal de la fuente de l’Anouret era insuficiente para dar cobertura al riego y al consumo humano, pero alimentaba las fuentes de l’Olivereta, la de Bessols, un grifo de la Dels Xorros y la de San Roque y posteriormente la de San Vicente.
Aprovechando el agua que bajaba por el barranco de l’Horteta (o Randero), se establecieron en la parte alta de Zeneta, les Olleries, estableciendo allí un verdadero enjambre gremial que incluso siglos después, concretamente en los años 40 llegó a tener hasta 18 establecimientos.
En la actualidad el Ayuntamiento, ha iniciado el programa de paisaje “Camí de l’Aigua” que busca recuperar y poner un valor una serie de elementos de este patrimonio relacionados directamente con el aprovechamiento histórico del agua.
(1) El río Belcaire (18,2 km) constituye el medio hidrológico superficial, con una cuenca de 103,4 km2. Nace en Alfondeguilla y siguiendo dirección SE penetra en el término de la Vall d’Uixó, recibiendo los aportes de la Rambla de Cerverola, el Barranco de San José y el Barranco del Aigualit, el Turmón, Font de Cabres y Randero.
(2) El 4 de mayo de 1959, El Ayuntamiento expropia y adquiere las primeras parcelas para la abertura de la avd. sud-oest, en etapas sucesivas se va construyendo y en los años sesenta se acaba con la construcción del puente.
El 28 de marzo de 1961, La Dirección Provincial de Obras Públicas, hace entrega al Ayuntamiento del tramo de la Carretera Local de Chilches a Chóvar, comprendida en el margen derecho del rio Belcaire, además del tramo de acceso a la localidad y el tramo de la carretera local de Teruel a Sagunto y Burriana.
(3) El 26 de marzo de 1322, el Rey Jaime II de Aragón enviaba una carta ejecutoria a Bernat Çanou balle general del Reino de Valencia, ordenando la asignación de un patio idónio donde edificar una iglesia y una casa badia para el rector. Poco después, el 6 de abril de 1322 y a petición del rector Jaume Muntaner, el batle general Bernat Çanou se personaba en la Vall para designar un lugar donde debía edificarse la iglesia, badía y granero para el Rector, en la alquería de Benizahat,(Lloc de Baix) el batle ordenó venir al alamín de la Vall, Mafomat Almonfoll, y a varios testigos, leyendo ante ellos la orden del Rey, y señalando para darle cumplimiento un solar, propiedad de Façan Dehuit, lindante con calle Pública y con la acequia. – El Patrimonio Religioso de La Vall d´ Uixó de Rosario Climent, 2011-.
Fernando Martínez Beltrán